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condenado (cuento)

Entró en su coche y encendió el motor. Conectó la radio y sonó una canción insípidamente pop que hablaba sobre una fiesta y que sabía a redención. Empezó a conducir por la ciudad; cada vez más y más rápido. Súbitamente perdió el control del vehículo de forma intencionada y se dejó llevar mientras se oían gritos a su alrededor y caras de horror resbalaban por los cristales. No habría un mañana. Siempre había pensado que cuando dejara de quererse a sí mismo dejaría de apreciar a los demás. Mientras miraba por la ventanilla comprendió que estaba equivocado; pero todavía le quedaba mucha gasolina.

10 comentarios

budoson -

empiezo a sospechar que te conozco, yo.

yo -

a ver budy!! una cosa es escribir de forma simple y otra muy distinta ser bastante soso. y no pongas esa sonrisirrilla ironica ni heches sapos y culebras contra mi, porque te conozco!!!!

budoson -

sí, sé.

Anónimo -

¿¿¿¿¿ Soy el único que no lo ha entendido? Vaya lenguaje más enrevesado. No sabes escribir de manera más simple?

budoson -

bueno, yo no conduzco pero recuerdo una tarde entera jugando al quake. por la noche, nada más salir de casa, para girar o mirar hacia arriba buscaba delante de mi el teclado para encontrar las teclas con las que poder hacerlo... verídico!

otra cualq -

¡¡¡¡natalia estas ahi???? te has adelantado a mi 6 minutos

una cualquiera -

chico, yo soy ex jugadora de Carmaggedon, lo dejé el dia que surgió en mi el instinto de atropellar un gato.

Natalia -

Sí a mi también me ha gustado.

budoson -

gracias... es lo que tiene jugar al carmaggedon oyendo new order.

taro -

Muy bueno.
¡ACELERA!